viernes, 23 de julio de 2010

En Almería, tierra de reposo

La humedad, esa acariciante humedad que te acompaña y se amolda a tu piel como otra dermis más. Ese brillo acuoso que hace relucir tu cara cuando relumbra en el espejo del baño y frunces el ceño sin saber ningún método que lo pueda evitar. Así es Almería.
Quizá merezca la pena esa sensación apabullante de necesitar una ducha a todas las horas del día cuando te sumerges en las aguas "cálidas" del mediterráneo. No sé porqué, quizá son más recuerdos de infancia que realidades, pero el agua en este trocito de mar es más azul, más límpida.
En esta ciudad, rodeada de pequeñas caritas sonrosadas voy a pasar unas vacaciones, mucho más mentales que veraces, necesito una mirada introspectiva y reconducir mi futuro, eso sí, sin dejar de hacer deporte diario.

1 comentario:

  1. Ánimo, Laura, sigue escribiendo. Ya verás cómo encuentras el sitio que te mereces.

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