miércoles, 3 de noviembre de 2010

Dios proveerá

No existe sensación peor que la de no sentirse cómodo, no permanecer a ningún sitio. De todos y de ninguno. Cuando viajas constantemente la sensación de pertenencia desaparece, y no te sientes mejor por pensar que eres CIUDADANO DEL MUNDO. La gente pertenece a los lugares, se identifica con ellos, con su cultura, con su gente en la cual se encuentran familia ya amigos.
La deshubicación es una sensación compleja, abarcas mucho en poco, y no tienes la sensación de estar tranquilo, ni de formar parte de nada. Formar parte de un grupo lleva tiempo, rutina y constancia, cuando alguno de estos tres valores desaparece, pasas a formar parte del lado débil o a caerte de él.

No sé si mi solución es pertenecer a un lugar, creo que con el mundo de la globalización todo está cambiando, pero lo que sí se que quiero es estar cómoda, sentirme tranquila y bien, y feliz con las personas que me rodean.

Como dice mi abuela en tiempos de sequía, y ante una inminente mala situación, Dios proveerá.

martes, 7 de septiembre de 2010

Cuando no hay guardián

El otro día leíamos Ante la Ley, un relato de Kafka, en el Taller que lleva mi amigo Ricardo en Benalmádena Palabras de escritor. Y fue la comprensión de lo que este relato representa la que me hizo plantearme miles de dudas.

El protagonista de la historia permanece durante toda su vida frente a una puerta que un guardia no le deja pasar, hasta que finalmente muere sin haberla cruzado. Todos y cada uno de nosotros tenemos una puerta que cruzar (sueños y metas) y un guardián que la custodia (miedos y dudas).

Al principio creí que el guardián de mi puerta se llama inseguridad o incertidumbre. La claridad brilla por su ausencia a la hora de afrontar mi futuro y no entiendo en qué me estoy equivocando. La vida profesional y personal han desembocado en un mar bravío y se ha mezclado todo: el agua dulce con el agua salada provocando un sinfín de peces muertos.

Pero finalmente comprendí que custodiar la puerta por la que quiero pasar no es difícil porque el principal problema es que no sé dónde está mi puerta: Granada, Málaga, Almería o, como diría mi hermano, Why not? Madrid o Argentina. Necesito un cambio, un cambio que me haga volver a tener las cosas claras, separar las aguas y sumergirme en ellas. Saber qué y a quién quiero y apostar fuerte por aquello que merezca la pena.

Quizá he caído en un argumento aún más desesperante que el del propio Kafka porque yo ni siquiera he elegido qué puerta atravesar.

lunes, 23 de agosto de 2010

El perro del hortelano ni come ni deja comer

Ni contigo ni sin ti tienen mis males remedio...

Son tantas las obras y escritos que hacen referencia a protagonistas con caractéres débiles y egoistas, salpicados de inconstancia o inseguridad. Relatos e historias que hacen florecer nuestro desconcierto porque nunca llegamos a entender que si el amor existe es noble y lo otro, la obsesión o la pasión, tiene algunos instintos más bajos que destruyen o dejan enfermas muchas relaciones.

Creo que nos mentimos, la realidad está ahí y son muchas más las veces que se saca a pasear al perro del hortelano que al exaltado amor del Quijote por Dulcinea. Aunque buceando un poco por ese Aleph que es Wikipedia he podido comprender que Aristóteles, que siempre estaba en todo, puso palabra y justificación a este hecho, que por otro lado puede hacer referencia al refrán: no sé sabe lo que se tiene hasta que se pierde. Reaccionar tras comprender algo.

Anagnórisis, helenismo cuyo significado es "revelación", "reconocimiento" o "descubrimiento". Describe el instante de revelación en que la ignorancia da paso al conocimiento, pero con un significado muy particular.

El momento ideal para la anagnórisis trágica es la peripeteia (giro de la fortuna): en un momento crucial, todo se le revela y hace claro al protagonista, con efectos casi siempre demoledores. Por ejemplo, el descubrimiento por parte del héroe trágico de alguna verdad sobre sí mismo o de algunas acciones que significan que, ahora que las sabe, toda la trama cambia de dirección como resultado de su reacción a las noticias. La revelación de esta verdad (que ya era un hecho, pero el protagonista ignoraba) cambia la perspectiva y la reacción del héroe, que se adapta y se acomoda aceptando su destino y en consecuencia ayudando a que este ocurra.

En la literatura española, la anagnórisis es moneda corriente en las novelas de caballerías, el teatro barroco (p. ej. La dama duende, de Calderón) y el drama romántico.

lunes, 16 de agosto de 2010

Una imagen, más que mil palabras








Cortijo de Belén, año de 1882... no es la entrada de un relato de terror, es mi cortijo (el de mi familia) donde todos los agostos nos reunimos para pasarlo entre el tenso sonido de las chicharras y el sibilante lastre de los grillos.

viernes, 23 de julio de 2010

En Almería, tierra de reposo

La humedad, esa acariciante humedad que te acompaña y se amolda a tu piel como otra dermis más. Ese brillo acuoso que hace relucir tu cara cuando relumbra en el espejo del baño y frunces el ceño sin saber ningún método que lo pueda evitar. Así es Almería.
Quizá merezca la pena esa sensación apabullante de necesitar una ducha a todas las horas del día cuando te sumerges en las aguas "cálidas" del mediterráneo. No sé porqué, quizá son más recuerdos de infancia que realidades, pero el agua en este trocito de mar es más azul, más límpida.
En esta ciudad, rodeada de pequeñas caritas sonrosadas voy a pasar unas vacaciones, mucho más mentales que veraces, necesito una mirada introspectiva y reconducir mi futuro, eso sí, sin dejar de hacer deporte diario.

viernes, 16 de julio de 2010

No pudo ser

Como cuando te despiertas de un sueño que no recuerdas pero aún te embarga esa tibia sensación que esperas recuperar cerrando los ojos muy rápido para dormirte de nuevo... no pudo ser, entre los nombres de la lista de admitidos de la Fundación Antonio Gala no estaba el mío.

Bueno, me espera un año en el que aún puedo luchar por lo que quiero y es llegar a la meta que sí ha conseguido un conocido escritor mío: Don Mátías Candeira. Que desde aquí le mando un saludo y toda la suerte del mundo, ¡aprovéchalo todo lo que puedas!

jueves, 15 de julio de 2010

A la espera

“A veces podemos pasarnos años
sin vivir en absoluto,
y de pronto toda nuestra vida
se concentra en un solo instante”, anónimo.

Estoy desde ayer a la espera, y no me gusta nada esta sensación. No hay que hacerse ilusiones y tampoco hay que descartar toda esperanza. Estos días están siendo las entrevistas para entrar en la Fundación Antonio Gala, la mía fue ayer, y hoy estoy a la espera... de ese instante.

Ya son varios los años que llevo detrás de entrar en esta Fundación única en muchos aspectos, una catapulta, una medio, un instrumento... un sueño. Seguiré esperando aunque la lista de admitidos saldrá pronto y si este año tampoco, aún me queda un año más para agarrar la experiencia y no dejarla ir.

Desearme suerte y ya os contaré lo prometo.

sábado, 10 de julio de 2010

Noche que muere tarde

Más vale tarde que nunca, y después de saber durante años que internet facilita una serie de instrumentos o herramientas a aquellos que tienen algo que decir, por fin me decidí a llevar adelante mi propio blog.
Si digo la verdad mi reticencia nada tenía que ver con la timidez, todo lo contrario, creo que más bien está relacionado con la cobardía. ¿Realmente tengo algo que decir? y, lo más preocupante, ¿podría interesar a alguien?
El tiempo le ha dado respuesta a estas dos incógnitas: siempre hay algo que opinar y el interés que despierte en los demás debe no importarme, o no ser prioritario. Un escritor escribe porque quiere y le gusta y no por agradar.
Y aquí estoy, materializando en palabras mis dudas y esperando ser constante en rellenar este otro hueco en la inmensidad de internet con mis dudas y mis desaciertos.